
Nuestro carisma en la Iglesia es un don del Espíritu que nos hace ser fieles al mandamiento de Jesucristo: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, comprometiéndonos en actitudes de amor, caridad y entrega, lo cual nos permite anunciar y hacer presente el Reino entre los hombres y mujeres más vulnerables.
El carisma de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca gira en torno al cuarto voto que profesamos junto con los de Castidad, Pobreza y Obediencia. Se trata de la asistencia a los enfermos incurables y a los más necesitados en un ambiente familiar, de cercanía y convivencia fraterna entre hermanos, asistidos y voluntarios, los hermanos gozamos de la inmensa gracia de poder asistir al mismo Dios encarnado en todos los hombres, pero especialmente en los más enfermos, en los más pobres y necesitados.